martes, 20 de mayo de 2008

Vedas y... Heliocentrismo

Seguramente, la mayoría pensamos que fue Copérnico, con la publicación en 1543 de su libro De Revolutionibus, el primero en promulgar la teoría del heliocentrismo, por la cual, se afirma que todos los planetas giran alrededor del Sol, y no alrededor de la Tierra, como se obstinaba en mantener la Iglesia Católica de la época.
Sin embargo, en los Vedas encontramos la prueba de que 2000 a.C., los sabios hindúes conocían la esfericidad de la Tierra y el sistema heliocéntrico que tampoco ignoraba Pitágoras, por haberlo aprendido en la India, ni su discípulo Platón.
Así, en el Aitareya Brâhmana, contenido en el Rigveda, encontramos:
“El Mantra–Serpiente es uno de los que vió Sarparâjni (la reina de las serpientes). Porque la tierra (iyam) es la reina de las serpientes puesto que es madre y reina de todo cuanto se mueve (sarpat). En un principio, la tierra era una enorme cabeza calva”.
La descripción de la Tierra en forma de cabeza calva, al principio dura y después blanda, cuando el dios del aire (Vayu) sopló en ella, demuestra que los autores de los Vedas, no sólo conocían la esfericidad de la Tierra, sino también que en un principio era una masa gelatinosa que con el tiempo se fue enfriando por la acción del aire.
El Aitareya Brâhmana enseña cómo ha de recitar el sacerdote los shâstras y explica el fenómeno de la salida y puesta del Sol. A este propósito dice: “Agnisthoma es el dios que abrasa. El sol no sale ni se pone. Las gentes creen que el sol se pone, pero se engañan, porque no hay tal, sino que llegado el fin del día, deja en noche lo que está debajo y en día lo del lado opuesto. Cuando las gentes se figuran que sale el sol, es que llegado el fin de la noche, deja en día lo que está debajo y en noche lo del lado opuesto. Verdaderamente, nunca se pone el sol para quien esto sabe”.
Este pasaje es tan concluyente, que en él se niega la salida y la puesta del Sol, como si el autor estuviese convencido de que el astro conserva constantemente su elevada posición.
En uno de los Nividas más antiguos, el Rishi Kutsa, que floreció en muy remotos
tiempos, explica alegóricamente las leyes a que obedecen los cuerpos celestes. Dice que “por hacer lo que no debió” fué condenada Anâhit (Anaitis o Nana, la Venus persa que simboliza la Tierra en la leyenda india) a girar alrededor del sol.
Todas estas son pruebas evidentes de que los hindúes conocían perfectamente el sistema heliocéntrico por lo menos unos 2000 años a.C.

No hay comentarios: